Sexagésimo sexto desahogo mejor despiertos.

Published by desahogandome under on 7:44:00 a. m.

Todo en mis manos, el mundo a mis pies
el ave que vuela si no hay qué comer.
Pero fue: un deseo: matizo: ¡el primero!
Y porque hubo esmero se alcanzó el trofeo
el imposible de un vago torero

la venganza del mito de Doña Esperanza

el amor y el destino volaron del nido

cuando el llanto no está contigo, se avanza.


Siglo XXI, la mentirá del revés
e imagino: en el bosque no se ve
hay sicarios y cuerpos mutilados que envolver
hojas descalzas caídas en domingo

y siguen las ratas afrontando su destino.

No hay hogueras en el hogar tan frío
hay hielo y escombros viviendo conmigo

y no sé qué hacer, qué oir, ¿qué digo?


Resistir hasta el amanecer sin morir al despertar

rasgar con el alma el alba que vaga

lenta, fría, sola, entre nubes de fresas con nata

y morder salvajes la desnudez tan grata
hasta correrse las santas sin bata

encontré el sentido a un libro de Kafka

y olvidé amar, muerto por la espalda.


Camino a la trastienda, un poema de dolor
las palabras que revueltas miran en derredor.

Todo en sus manos el mundo a sus pies
el hambre y el odio: también.
Un mundo vacío y sin rencor
no tiene talla de domador sin gafas multicolor
el aspirante corrupto, el falso cortés
la pesadilla se acuesta en el trono del rey.

Fin de la contienda, estos gigantes no son molinos

no sopla el viento, no hay guerras, hay pasión

sin cita previa la memoria no descansa.

Al calor de las madreselvas cubiertas de rocío
busqué en el invierno salvaje al títire titiritando

entre orgías divinas, entre alegres tempestades
no hubo engaño, ni estuve extraño
acudí al combite y dormí entre orgasmos.

Resistir hasta el amanecer sin morir al despertar
rasgar con el alma el alba que vaga

lenta, fría, sola, entre nubes de fresas con nata

y morder salvajes la desnudez tan grata

hasta correrse las santas sin bata
encontré el sentido a un libro de Kafka
y olvidé amar, muerto por la espalda.