Sexagésimo segundo desahogo desde la calle

Published by desahogandome under on 8:17:00 p. m.

Escucho alto y claro el sonido de los sables en mi cerebro
Al compás del latido de mi corazón sereno
La mañana salió gris, la calle está fría, tal vez no quería, volver a la vida.

El dolor es un aval eterno que escapa al entendimiento
A veces tan deseado como un oasis en el desierto
Que se da y se regala;
La calle espabila, vicente camina, no hizo falta guía.

Cada vez chirría más el agudo sonido del acero
Cada paso que doy estoy más lejos del momento
Todo llega si esperas;
La calle diría: ya se hizo de día y llegó la jauría.

Te regalo princesa la estrella fugaz de los pensamientos
Cierra los ojos y verás como se fugan felices los presos
La libertad tiene precio;
La calle no olvida que mañana habrá vida y no hay garantías.

Conoce deprisa la dicha de los que no están enfermos
Contempla sentado, de brazos cruzados, rasgándote el pecho
El olor del recuerdo;
La calle maldita se bebe y vomita igual si es bendita.

Es la paciencia un don de experiencia y merecido deseo
Como sentir el calor al rozarte la piel la nieve de enero
Mas todo se acaba;
La calle vacía donde nadie moría, así nos decían.

Al final de este viaje finito dicen que hay un sueño:
La voz del recuerdo: la estrella fugaz de los pensamientos
Se acabó el recreo;
La calle dormita y oscurece deprisa...

… cuando todo está por vivir:

¡De qué sirve morir abandonado si cualquier leve brisa maneja a su antojo las almas olvidadas, que ni se encuentran, ni saben buscarse!

sexagésimo primer desahogo, a ver quién se siente aludido

Published by desahogandome under on 2:39:00 a. m.
Me encuentro en ese momento de la vida
apurando la treintena
en que cuando creo que estoy preparado para algo
enseguida recuerdo que ya metí públicamente la pata demasiadas veces.
No es que tenga miedo al ridículo
o al rencor
es que me aprendo y me conozco,
con cada una de vuestras miradas,
con cada gesto y palabra que me dirigís,
vosotros
el resto de mi espejo.

No digo que tengáis un pulido perfecto
ni a ello espero que aspiréis, e insisto con la viceversa que tanto admiro,
tan sólo basta con que seáis francos y me digáis qué veis
os remitiré encantado el reflejo, en mi admirada, humana y reiterada viceversa.

Y es que creciendo, perdón viviendo, se aprende (o debiera)
a ser quien se es y a ser quien eres
y ambas personalidades,
por igual hay que cuidar
si se es ser de palabra, de espalda recta y de pechos firmes
(existen ilustradas excepciones de lo contrario
que por merecidas y con el único fin de agitar las conciencias menciono
dejando que cada cual se inspire en sus ídolos de barro).

¿que a qué viene esto?
Porque no el ego satisfecho merece cualquier medio
o al menos no debiera, como los fines
y porque a mis casi cuarenta años he descubierto
que si el mundo se muere
será por falta de empatía.

A esto viene.

Y por más que busco: públicamente no encuentro.

Sexagésimo desahogo, soñando despierto y con una guitarra

Published by desahogandome under on 5:02:00 a. m.

Imaginemos que en el inmenso cielo
hay ángeles de verdad
Alza la vista serena y no dejes de mirar
si dejas de pisar el suelo
Pontífice tú serás.

Abramos sin pudor el último noticiero
y leamos el editorial
Seguro que ya sabías lo que te ibas a encontrar
si es lo que lees siempre
Militante tú serás.

Viajemos por una vez con el pensamiento
allá donde solo allá paz
no encontrarás excusa ni motivo para no amar
si sueñas con el hambre
Capitalista tú serás.

Pongamos que en algún lugar un niño
jamás jugó a matar
Ahora cierra los ojos e imagina ese lugar
Si no lo encuentras dentro
Comandante tú serás.

Ahora imaginemos sencillamente un mundo mejor
donde prime la igualdad
sin pecados ni delitos, ni deudas que saldar
si sigue llena tu basura
Político tú serás.

Quincuagésimo noveno desahogo, con nocturnidad, sin alevosia, seguramente con arrepentimiento y sin decorado.

Published by desahogandome under on 3:38:00 a. m.
Como dije: con nocturnidad, sin alevosia
seguramente con arrepentimiento y sin decorado
(un desahogo aderezado):

Tanta, tanta, tanta desazón
Contemplo paupérrimo hasta la decepción
Entre plantas conversa el televisor:
Marionetas que crecieron entre madera
Sin llanto, sin dolor, sin vida y sin pena
Lejos de la sangre, amigos del dolor
Desatan la guerra lejos de la trinchera
Buscan el negocio, siembran el rencor
Practican la gula vestidos de seda
Y te dicen que no hay más
Y tú más les das
Aunque lo sabes, y ¿qué?
Todos mienten en el parlamento: el esperpento es legal
Su prestigio es un invento que parece de verdad
si te lo crees y les ves te arrodillas a sus pies
Y el rebaño dormido… y sin pastar, decía apesadumbrado
Marionetas de carne, de genes y venas
Jaulas gigantes, mundos paralelos
Hilos invisibles tendidos del espacio
Mentes… ¿qué mentes? Pensar es pecado
Cuando el títere reza siempre está coaccionado
Es dirigible, previsible, a la lucha reacio
Salvo que ordene lo contrario
Como espera
Y a diario
El corazón de madera
Que es marioneta pero no está tejida
Ni colgada, si acaso humillada pero nadie se entera
Al calor de una hoguera no medita cualquiera
Y el sabor del pesticida que contamina
Te calienta
Y te dicen que no hay más
Y tú más les das
Toc, Toc ¿hay alguien ahí? Un día hubo conciencia
Helloooo, Hoy guettos a millares de millares
Y la pita no se enreda ni en los bares
Ni jugando al futbolín a bin laden la partida
Por experiencia: vives menos porque pagas más
No como en tiempos de la revuelta de la sal
Cuando el hambre pisaba tantas aceras
¡Que cambió por estos lares si el dinero se esfumó en entidades!
¿Pibe qué cambió, que pájaro voló fugaz
Vino y no tuvo que pedir audiencia?
Primero tomaron y después…
Tú más les das
Pero no subió el precio de la sal… Se ve
O qué será
Lo que es que: va llegando la despedida
De este trovador de versos imperfectos
Que no riman
Que no miden pero sienten
Y que esconde sus defectos como buena marioneta arrepentida
Frente a un televisor encendido y dormido
Que oficialmente miente
Salvo…
cuando te dicen que no hay más
Y tú más les das.

Quincuagésimo octavo desahogo, clases se esperanza

Published by desahogandome under on 9:44:00 a. m.



Queriendo una verdad busqué en las tinieblas de algún desierto
Sonrisas perfectas mudas de esperma, soñé despierto
Hallé entonces mi propia alma pariendo su elegía
Dueña de un destino sin respuestas ni remordimientos.


El logo marcado, la marca humana en decadencia
El credo sagrado que no entiende la experiencia
El negocio florece a nuestro lado por momentos
A tus bolsillos llenos canto esta condolencia.

A mi lado caminando peatones sin destino
Cegados por el odio azul de su propio desatino
Quise tenderte la mano tras la noche todo el día
Buscando entre las palabras no encontrarás el camino.


Deja entonces que te guíe a tu yo más profundo
Pisa fuerte lo primero sobre el dolor de este mundo
No crecerá la hierba buena sobre la tierra gastada
Seca lágrimas ajenas y harás el viento más puro.

Quicuagésimo séptimo desahogo, buscando una melodía

Published by desahogandome under on 8:00:00 a. m.


Comenzó mi pequeña historia a orillas de un río de acero
Mis padres no fueron reyes, aunque naciera en enero
Me allanaron el camino, mientras dormía primero
Pero despertó mi conciencia y olvidé todos mis sueños.

Recuerdo una feliz infancia, nunca necesité nada
Quienes me dieron su sangre, también me dieron palabras
Ejemplos de lucha constante, la vida es una batalla
Nunca he sido un cobarde y aún tengo todas mis balas.

Creí después que con el amor no necesitaba alimento
Y pusé toda la pasión con cada descubrimiento
Pero enseguida aprendí que el dolor es lo que sientes más dentro
Y me he comido media vida y aún no sé a quién espero.

Hoy desgasto mi existencia sin saber qué me depara
Hoy que la rutina es bella y acompaña cuando escampa
Quise un camino salvaje y me quedé en la esperanza
Así que ahora solo puedo: recordar mis andanzas.

Porque van pasando los años y voy embalando el equipaje
Porque algún día tomaré el viaje hacia ninguna parte
Porque aún tengo que sufrir al despertar cada mañana
¡Que no traiga GPS el camión de la mudanza!

Quincuagésimo sexto desahogo, en deuda

Published by desahogandome under on 5:09:00 a. m.

Tibio. Entre dos mundos supuestos.
Caminando entre tinieblas los días más largos
y, Gozando de la luz de los inviernos.
Y muy Harto.
Del complejo de pollo nonato,
Del decreto,
De la vergüenza ajena y de la propia,
Del político, del gesto
y, Sobretodo harto: de uno mismo.
Con desidia, con distancia sabia,
con rencor por el camino distinto no recorrido
y, Sin fe: ni falta qué me hace (no es un secreto)
pero más que tibio, frío… como el acero hirviendo:
Así me encuentro.

Quincuagésimo quinto desahogo dedicado a la mujer

Published by desahogandome under on 7:00:00 p. m.
Eres preciosa cuando amanece:
Diva agraciada de cálidas e infinitas sonrisas y vergüenzas.
Eres preciosa:
Si tu mirada contempla ingeniosa el azul intenso de mis sentimientos.
Eres preciosa:
Ante el espejo de tu espejo: armonía de curvas fastuosas, creación fabulosa.
Eres preciosa:
Instinto y talento: la pasión roja que nunca desborda tu inteligencia.
Eres preciosa cuando anochece:
Deseo carnal, deseo eléctrico, deseo salvaje, eterno y despierto.
Eres un cálida racha de viento que eriza mi pelo, la hija bastarda del sol y la luna, Una pizca de hielo, una brizna de celo, el fuego de enero.
Eres una mujer: te admiro, te como, me escoges primero.
Ahora sólo quiero, si puedo: besarte una vez para tenerte, como un loco desnudo de emociones, trovador de versos imperfectos, postrado ante una diosa soy tu reo.

Eres preciosa y precisa confundiendo: el tesoro del deseo.
Eres preciosa y precisa y aun no queriendo: Eres mi sueño.

Quincuagésimo cuarto desahogo elegía a cierta escritura

Published by desahogandome under on 7:26:00 a. m.

Dices que ves en las calles las mismas caras
En este planeta plural de lento movimiento
Espesa la sangre ajena que tomas de alimento
Dices en el nombre del hombre del mañana.

Dices que vives y no te da la gana
En un rabo de nube encantado
Dejando a un lado el odio sembrado
Dices que me quieres y sin embargo me matas.

Dices que tomas de tu libro impreso
En letra cursiva o en letra americana
Lo que somos de dios esperanza vaga
Dices que todo está escrito en tus versos.

Dices que el amor mueve montañas
Tomada la roca más dura en tus manos
La arena que pisas mojada en verano
Dices lo que quieres mientras me engañas.

Dices que la vida marcha contracorriente
Mientras agitas tus proclamas al viento
Presumes creer saber todo del tiempo
Dices que lloras cuando ríe la gente.

Dices que puedes blandir mil espadas
Un oasis de esperanza de ilusiones perdidas
Siglo veintiuno no cuelan más mentiras
Dices que te dé hoy por si muero mañana.

Dices que morir es soñar despiertos
Dices que hay frío en el vientre materno
Dices que mañana habrá mil inviernos
Dices qué es morir y vivimos los muertos.

Quincuagésimo tercer desahogo aunque no importen los motivos

Published by desahogandome under on 2:31:00 a. m.

Toda ausencia tiene un porqué. Algunas por un dolor; o varios. Otras, otras tantas razones tienen. y la mía fue una pausa: llena de pausas. cesé para recordar cómo era, cómo servía de alimento, cómo arqueaba más y más las propias sonrisas. paré por una duda, llena de tiempo; Oteando, pasando en silencio, viviendo despacio y aún así probé el suelo: me levanté y aprendí; y como era mi pausa no tuve prisa en seguir caminando y pude lamerme las heridas sonriendo: hice otra pausa en mi pausa: dormí despierto hasta hartarme, ahora curioseo en tu futuro que es el mío ¿o hay más de uno? Descansé entre corcheas y timbales adornando el viento, sin asuntos pendientes para poder también tener mi pausa de soñar consciente: y volví a la primera parada de este recorrido imperfecto. así que cerré el paréntesis nosécuándoabierto y seguí pausado; tuve momentos perfectos de siete años raudos y eternos, con el único ser que con el corazón contemplo siempre abierto, de par en par sus invisibles puertas. A ralentí el dolor por su ausencia no duele menos, ni más: sólo es más lento; ¿y el resto del tiempo? Entre pausas visité, leí, canté, algo reí, también escribí como prometí siempre lo mismo siempre distinto: viviendo sin parar de vivir.

Mi consejo: haz una pausa, no es una denuncia falsa, a este sueño a americano; para volver aquí siempre hay tiempo

Quincuagésimo segundo desahogo, no quiero ser un ser

Published by desahogandome under on 11:26:00 a. m.
Hoy no pensé.
Quiero morir para saberlo todo
Y después vivir
y solo así sabré si me engaña o no
el ser.
O Benedicto, que sí.
O yo mismo, que seguro también.
Pensé:
si el carnicero se viste de seda
¿Qué queda?
Cuando admiran y aplauden Sabina y Andrés
(con armonía, melodía y letras)
sólo porque no es humana
la sangre cruel
que para ellos derraman con engaño
que dicen arte
otros, de su parte.
¿Qué queda? Pensé.
Mas no podemos volver de la muerte y contar
Si somos lo más sólo porque alguien lo dijo alguna vez.
Hoy no quiero ser humano para no sufrir dolor.
Hoy no quiero tus principios ni tu valor
Prefiero: los de la rata y ratón.
Así que hoy: no me mandes más power-point.
Solo hoy.
Por favor.

Así soy.

Quincuagésimo primer desahogo, días de amor desesperado

Published by desahogandome under on 11:18:00 a. m.
De la energía que describes
con la hoja más bella, se alimenta tu mirada
En el iris:
Si en la rutina al contemplar
Pueden leerse tus versos
No digas que no, mi vida
Mi pupila perspicaz, mi sueño.


El huracán, la brisa y el viento
Teoría de la relatividad
Codificas con cada parpadeo
Inconsciente cada instante
La vida, la vergüenza y un deseo
el rubor de tu mirada: una palabra testigo

Armonía y verso.
Tus pupilas escriben, poetisa
De la prosa perfecta
Que en tu espejo no descifras
El mundo al revés, palabra espesa
Esperpento kafkiano
E=mc2.
El amor y la tinta: en viceversa.

El códice: agujero negro
La luz tú, y tú energía
Sin entender cual invisibles son, indivisibles
Pero son
Las verdades que traduce el alma
Teoría=mc2
E=teoría
: el amor sin fórmulas.
Es la hoja más bella tu hermosa mirada
poetisa y musa, sin saberlo.

Quincuagésimo desahogo por el camino recorrido

Published by desahogandome under on 11:31:00 a. m.

Me perdí: porque ego no era mío: me perdí.
Después me busqué: supuse que debía estar cerca de mi barca sin valorar las corrientes: y así: no me encontré.
Seguí buscando tiempo después de que el olvido trabajara por mi descanso y mi ceguera: aún así: descubrí que aquel mar era demasiado ancho y largo: no me encontré.
Viví: no exhausto de buscar como de vivir: así: tampoco me encontré: descubrí que el mar era más grande: era océano.
Entonces: no paré hasta que hallé junto a salvajes acantilados: corrientes de agua dulce, dulce desembocadura en el océano salado: no quedó sino remar, contra corriente: para seguir buscando. ..
Y al fin regresé a mi lado.
Con esfuerzo: fui humano:
aún cuando los inhumanos también lo son:
¡buscaos!

cuadragésimo noveno desahogo o filosofía de cruces, barras y eses partidas

Published by desahogandome under on 11:19:00 a. m.
Izas la mirada al infierno. Descubres un frío intenso
tan INHUMANO que no lo alcanzas a recordar.
Vives en el siglo veintidós.
Algunos otros animales yacen extinguidos.
Y el frío sigue vivo.
Al calor de las entrañas. Raíces y alimento.
Agua pura y puro fuego. Sobra libertad y falta cielo.
Siglo veintitrés nadie recuerda;
¡quién selló aquel ascensor nuclear!
SiFueronEllos o SiFuimosNosotros. si fuimos nosotros y ellos.
O si no fue nadie.
Tenemos aire que oxigenamos,
herramientas y alimento, Pero:
No tenemos cielo.
Entre él y donde estamos: el infierno.
¿hace cuánto que no levantamos la cabeza?
Siglo veinticuatro
un nuevo poeta de la lógica pura: por esencia humana
aquel infierno hoy será cielo.
Y cavamos cuesta arriba, de lágrimas empapados:
En tres siglos aprendimos a vivir con la ternura,
en nuestro infierno,
qué habrán inventado del Nonato.
Crecemos en el espejimo, juego de luces, palabras y un caleidoscopio.
Los hay que decidimos permanecer venerando sectas.
Otros, al calor y la sorpresa de máquinas,
asesinas invisibles. Todos ciegos.
De cuantos subimos, muchos quedamos.
Allí.
Unos pocos y algunos reos, cansados de aquel cielo.
Agujereamos el suelo y descendimos.
A la casa de los seres,
vivos. Y seres de nuestros padres:
superándose inventaron la razón.
Siglo veinte: sentado espero,
bajo el infierno, junto a los hombres.
A mi lado morir y matar por el color de la patata.
Que vengan, espero. ANSÍO.

Cuadragésimo octavo desahogo por la vida real

Published by desahogandome under on 7:03:00 a. m.

Dice Hugo que no tiene jefe, lo dice mirando de frente. No miente. Dice Hugo que nunca se esconde, que siempre se sabe dónde encontrarle, que cuentes con él hasta cuando duerme. Que si llamas, responde.
Dice Mauricio que su jefe, en privado, no mira a los ojos de la gente, que saluda temeroso, sin fuerza en su mano. Dice Mauricio que su jefe se esconde y ordena presente, que si hay público se cree hasta gracioso con su corte de bufones de sonrisa perenne; que les ordena: si vais a mear os bajáis la bragueta. Que no se da cuenta: cuando él pregunta todos le mienten. Que a veces olvida su carne, su sangre… y que lleva tacones para parecer más alto; que tiene un puñal que da miedo, que tal vez se lo clave; y dice también: nunca está al pie del cañón.
Un día se encontraron Hugo y Mauricio. Y Hugo mandó y Mauricio cumplió. Se subió la bragueta, no goteó, no dejó la última gota en su pantalón. Y a Hugo le gusta Mauricio le quiere, le tienta. Le necesita como el comer: Mauricio el bufón cobra muy bien y consiente… de verdad.
Y el que contemplaba la escena y se reía, salió por la puerta para nunca volver a llorar por la dignidad.

Cuadragésimo séptimo desahogo cuando el amor miente

Published by desahogandome under on 7:52:00 p. m.

No sé si habrá alguien capaz de creerme: soy un mentiroso. Por un lado nada de cuanto escribo es verdad; por otro, no hablo. Y aún mudo miento…
… desde que vendí mi amor por nada. Nadie me lo robó.


Estos días de ciclones, gracias y desgracias, no muy distintos de los de la semana pasada hace un año, estas madrugadas igual de diferentes y siempre puntuales, sigue el amor mareando mi única neurona sana. Aquella que escapó arteria abajo (o vena ¡qué sé yo!) y quedó varada en el centro de mi corazón, en la entrepierna. O por allí pasó, no lo recuerdo…
… desde que vendí mi amor por nada. Nadie me lo robó.


Pues bien, hablé con ella ayer. Con la neurona. Loca quiso que la llamara. No atendí a su petición pero abrí bien mis oídos tras orientar mis orejas al susurro, pues quería escuchar su voz, más allá del eco y del dolor que me causaba…
… desde que vendí mi amor por nada. Nadie me lo robó.


Después de hacerme saber sus intenciones con seseos, tonos graves y sonrisas, Loca partió. Ahora no sé dónde buscarla en mí, ni tengo qué vender.


Fdo.: el mentiroso que sufre amando si no sufres al amarle y que redescubrió el amor al verla partir toda loca e ilusionada.

p.d.: Hoy quiero ser neurona, aún a riesgo de sufrir un nuevo infarto.

Cuadragésimo sexto desahogo, cada mañana...

Published by desahogandome under on 10:00:00 a. m.

Me muero
No mi cuerpo, pero me muero
No mi mente, pero me muero
No mi espíritu, pero me muero
Algo en mí muere cada día al escuchar el sonido de los altavoces del mundo.


Luego aparecéis (os busco) y sonrío
Y revivo, no el cuerpo
Pero revivo, no la mente
Pero revivo, no el espíritu
Algo en mi nace cada día cuando compartimos estas pequeñas cosas
Cuando imagino vuestra sonrisa después de pulsar las teclas
Cuando aprendo que también algo se os muere al escuchar el sonido de los altavoces del mundo.
Cuando aprendo que también revivís al mirar a los ojos de gente, queriendo dar y recibir de igual manera.
Revivo, como vosotros, al contemplar el juego de un par de corazones infantes puros.

Cuadragésimo quinto desahogo el día que creí en la utopía

Published by desahogandome under on 10:11:00 a. m.



Me dieron un mes para cambiar el mundo
Al principio me sentí entusiasmado, al pensar que creían en mí
Ya lo esperaba, sabía que llegaría el momento
Me remangué, me solté el nudo de la corbata y quise priorizar
Pero eran tantos los hombres con problemas
Que no supe por dónde empezar.
Me dieron un mes y quedaban tres semanas
Y el mundo era tan grande y eran tanto el hambre
Que sólo no podía
Tuve que pedir la ayuda que tantos me prometieron
De aquellos que me eligieron para cambiar el mundo
Tres semanas lejos de mi casa, puerta a puerta
Escuchando vuelva usted mañana que hoy tengo prisa
Pero el hambre y el horror seguían girando con el mundo
Lejos de aquellas burguesas mansiones
Y sólo los corazones hambrientos me cogían de la mano
Y pasó el mes y aunque luché nada había cambiado
El poder seguía en las mismas manos de hierro
Y la avaricia como un imán a ellas pegada
Así que lloré porque no fui capaz de juntar corazones suficientes
Y porque defraudé a aquellos a los que tanto prometí

Y entendí que el poder jamás cambia de manos
Y que no son suficientes un millón de corazones puros
para derrocar a un solo corazón avaricioso.

NO ES UN DESAHOGO, ES UNA VERGÜENZA

Published by desahogandome under on 5:56:00 a. m.
Y yo me pregunto, cuando despertará la sociedad civil!!




Copiado el enlace de: http://selma-desdemijaima.blogspot.com/

Cada cual que extraíga sus propias conclusiones.

p.d: el que tenga los huevos de hablarme de daños colaterales, adelanto es un auténtico hijo de la gran puta, así como se entiende en castellano.

¿Quién pueder ser tan humano de madar matar? (declarar guerras). Deberían morir ellos... pero para eso está el pueblo, para matar y morir como borregos.
Ya son muchos los gobiernos que debieran ser asaltados pacificamente por la masa social. La Casa Blanca la primera, y el gobierno israelita el segundo (después el de cada casa, que ya está bien que entre prensa y políticos nos tomen por lelos)

Perdonad, es el insomio... tal vez debí desahogarme y punto...

cuadragésimo cuarto desahogo por la fruta que nos prohíben

Published by desahogandome under on 11:25:00 a. m.

Quise morder una fruta prohibida, porque era dulce y porque no causaba muerte.

Mas obviamente estaba prohibida por el poder que prohíbe, quién si no.

Me pregunté: ¿por qué?

Nadie dudaba de que el poder sí las comía, las más dulces primero. Así que tome la fruta y no solo la mordí sino que la saboreé entera (y pensé seguir haciéndolo).

Mi sorpresa fue mayúscula cuando mis iguales comenzaron a recriminarme el delito, algunos a voz en grito.

Yo rogaba: "¡probadla, es deliciosa, nos engañan!”. Pero está prohibido, insistían, comiendo las frutas podridas que enviaba el Poder a cambio de respetar la prohibición.

Bastaba con que el poder lo prohibiera.
Hay quien hace de la ley ética” ¡grité! “Quien confunde lo inmoral con lo prohibido, y viceversa”.

Mi sorpresa fue aún mayor al descubrir que a nadie le importaba su sabor. Sólo unos pocos mostraron curiosidad humana.

El resto sometimiento a cambio de un trocito de pan.
Me pregunté cómo es posible que el hombre sea tan poco hombre. O tanto, precisamente.

El poder es un hombre, o cientos. De carne y hueso, como el resto, que toman frutas que prohíben para asegurarse sus privilegios, como los gobiernos y quienes a ellos se abrazan son el cáncer de la humanidad.
No seré “sociedad civil”, porque ésta siempre ha sido servil. Servil para matar y también para morir: ¿por quién? ¿para qué?
Pienso vivir comiendo de todas las frutas que estén a mi alcance… siempre que alguien a mi lado no tenga más hambre que yo.

Cuadragésimo tercer desahogo recordar como vivir de nuevo

Published by desahogandome under on 2:10:00 p. m.

Conocía la definición pero no recordaba la palabra.
Quería investigar más, cuando nuevos descubrimientos abrían nuevas puertas.


Mas en tu ausencia me era imposible.
Simplemente recordaba:

A (el) calor de una chimenea en invierno Ante el viejo objetivo de la 8 mm Bajo la mesa principal del banquete de bodas Cabe la barandilla y el vértigo de aquel balcón Con arena salada envolviendo nuestros cuerpos Contra las estrechas paredes del escusado del avión De frente al espejo de cada habitación Desde antes de usar la razón y aún ahora En la oficina lejos de las cámaras de moda Entre en público de aquel teatro Hacia el destino elegido guiando mi auto Hasta que algún día el cuerpo no aguante Para siempre hoy y mirando adelante Por toda la casa durante el fin de semana Según dicta el instinto más humano Sin miedo al infierno pecando sudando So pena de olvidar la única vez primera Sobre hierba fresca y la luna llena en primavera Tras el confesionario de la Iglesia del barrio.

Cuando espero recordando, en tu ausencia, sufro.
Solo entonces, no lloro y recuerdo. Porque quiero vivirte de nuevo.