Quincuagésimo segundo desahogo, no quiero ser un ser

Published by desahogandome under on 11:26:00 a. m.
Hoy no pensé.
Quiero morir para saberlo todo
Y después vivir
y solo así sabré si me engaña o no
el ser.
O Benedicto, que sí.
O yo mismo, que seguro también.
Pensé:
si el carnicero se viste de seda
¿Qué queda?
Cuando admiran y aplauden Sabina y Andrés
(con armonía, melodía y letras)
sólo porque no es humana
la sangre cruel
que para ellos derraman con engaño
que dicen arte
otros, de su parte.
¿Qué queda? Pensé.
Mas no podemos volver de la muerte y contar
Si somos lo más sólo porque alguien lo dijo alguna vez.
Hoy no quiero ser humano para no sufrir dolor.
Hoy no quiero tus principios ni tu valor
Prefiero: los de la rata y ratón.
Así que hoy: no me mandes más power-point.
Solo hoy.
Por favor.

Así soy.

Quincuagésimo primer desahogo, días de amor desesperado

Published by desahogandome under on 11:18:00 a. m.
De la energía que describes
con la hoja más bella, se alimenta tu mirada
En el iris:
Si en la rutina al contemplar
Pueden leerse tus versos
No digas que no, mi vida
Mi pupila perspicaz, mi sueño.


El huracán, la brisa y el viento
Teoría de la relatividad
Codificas con cada parpadeo
Inconsciente cada instante
La vida, la vergüenza y un deseo
el rubor de tu mirada: una palabra testigo

Armonía y verso.
Tus pupilas escriben, poetisa
De la prosa perfecta
Que en tu espejo no descifras
El mundo al revés, palabra espesa
Esperpento kafkiano
E=mc2.
El amor y la tinta: en viceversa.

El códice: agujero negro
La luz tú, y tú energía
Sin entender cual invisibles son, indivisibles
Pero son
Las verdades que traduce el alma
Teoría=mc2
E=teoría
: el amor sin fórmulas.
Es la hoja más bella tu hermosa mirada
poetisa y musa, sin saberlo.

Quincuagésimo desahogo por el camino recorrido

Published by desahogandome under on 11:31:00 a. m.

Me perdí: porque ego no era mío: me perdí.
Después me busqué: supuse que debía estar cerca de mi barca sin valorar las corrientes: y así: no me encontré.
Seguí buscando tiempo después de que el olvido trabajara por mi descanso y mi ceguera: aún así: descubrí que aquel mar era demasiado ancho y largo: no me encontré.
Viví: no exhausto de buscar como de vivir: así: tampoco me encontré: descubrí que el mar era más grande: era océano.
Entonces: no paré hasta que hallé junto a salvajes acantilados: corrientes de agua dulce, dulce desembocadura en el océano salado: no quedó sino remar, contra corriente: para seguir buscando. ..
Y al fin regresé a mi lado.
Con esfuerzo: fui humano:
aún cuando los inhumanos también lo son:
¡buscaos!

cuadragésimo noveno desahogo o filosofía de cruces, barras y eses partidas

Published by desahogandome under on 11:19:00 a. m.
Izas la mirada al infierno. Descubres un frío intenso
tan INHUMANO que no lo alcanzas a recordar.
Vives en el siglo veintidós.
Algunos otros animales yacen extinguidos.
Y el frío sigue vivo.
Al calor de las entrañas. Raíces y alimento.
Agua pura y puro fuego. Sobra libertad y falta cielo.
Siglo veintitrés nadie recuerda;
¡quién selló aquel ascensor nuclear!
SiFueronEllos o SiFuimosNosotros. si fuimos nosotros y ellos.
O si no fue nadie.
Tenemos aire que oxigenamos,
herramientas y alimento, Pero:
No tenemos cielo.
Entre él y donde estamos: el infierno.
¿hace cuánto que no levantamos la cabeza?
Siglo veinticuatro
un nuevo poeta de la lógica pura: por esencia humana
aquel infierno hoy será cielo.
Y cavamos cuesta arriba, de lágrimas empapados:
En tres siglos aprendimos a vivir con la ternura,
en nuestro infierno,
qué habrán inventado del Nonato.
Crecemos en el espejimo, juego de luces, palabras y un caleidoscopio.
Los hay que decidimos permanecer venerando sectas.
Otros, al calor y la sorpresa de máquinas,
asesinas invisibles. Todos ciegos.
De cuantos subimos, muchos quedamos.
Allí.
Unos pocos y algunos reos, cansados de aquel cielo.
Agujereamos el suelo y descendimos.
A la casa de los seres,
vivos. Y seres de nuestros padres:
superándose inventaron la razón.
Siglo veinte: sentado espero,
bajo el infierno, junto a los hombres.
A mi lado morir y matar por el color de la patata.
Que vengan, espero. ANSÍO.

Cuadragésimo octavo desahogo por la vida real

Published by desahogandome under on 7:03:00 a. m.

Dice Hugo que no tiene jefe, lo dice mirando de frente. No miente. Dice Hugo que nunca se esconde, que siempre se sabe dónde encontrarle, que cuentes con él hasta cuando duerme. Que si llamas, responde.
Dice Mauricio que su jefe, en privado, no mira a los ojos de la gente, que saluda temeroso, sin fuerza en su mano. Dice Mauricio que su jefe se esconde y ordena presente, que si hay público se cree hasta gracioso con su corte de bufones de sonrisa perenne; que les ordena: si vais a mear os bajáis la bragueta. Que no se da cuenta: cuando él pregunta todos le mienten. Que a veces olvida su carne, su sangre… y que lleva tacones para parecer más alto; que tiene un puñal que da miedo, que tal vez se lo clave; y dice también: nunca está al pie del cañón.
Un día se encontraron Hugo y Mauricio. Y Hugo mandó y Mauricio cumplió. Se subió la bragueta, no goteó, no dejó la última gota en su pantalón. Y a Hugo le gusta Mauricio le quiere, le tienta. Le necesita como el comer: Mauricio el bufón cobra muy bien y consiente… de verdad.
Y el que contemplaba la escena y se reía, salió por la puerta para nunca volver a llorar por la dignidad.